El Primer Nivel de Atención ha de concebirse como la puesta de entrada al SRS pero también como su primer nivel de resolución.

Le ha de corresponder, como mínimo, atender todos los procesos y procedimientos de salud dirigidos a la persona y a las familias que estén incluidas en el plan básico de salud, que no requieren atención especializada o internamiento.

Su actividad ha de centrarse en el proceso salud y enfermedad de la persona y de la familia, tanto en el riesgo como en el daño a la salud, y sus intervenciones han de contar con una capacidad de respuesta reconocida.

La expresión operativa de sus atenciones ha de quedar expresada en un listado básico de servicios, a modo de una canasta de servicios, que el primer nivel de atención debe proveer a la población que le es asignada. Los criterios que han de guiar la definición de la canasta de servicios para el primer nivel de atención, son los siguientes:

  • La pertinencia del problema que se aborda.
  • La existencia de medidas eficaces de resolución y su aplicación.
  • La capacidad para obtener buenos resultados al aplicar las medidas con que cuenta.
  • La existencia de recursos para estas medidas.
  • La vulnerabilidad del problema desde el primer nivel de atención.
  • Las consecuencias sociales y sanitarias.
  • La demanda poblacional real.
  • La posibilidad de aplicar técnicas de gestión.

Los servicios que se ofertan han de estar sustentados en guías o protocolos de práctica clínica debidamente validadas. El personal del primer nivel de atención deberá aplicar las técnicas específicas de trabajo a que obliga la estrategia de atención primaria: análisis de situación, sistema de priorización, programación de las actividades, seguimiento de coberturas, acceso y satisfacción de sus beneficiarios.

Este personal estará integrado, principalmente, por médicos generales, médicos familiares, cuando estén disponibles, enfermeras, auxiliares de enfermería y promotores de salud. Se tenderá a sustituir, de forma progresiva y en función de las disponibilidades, el médico tradicional por el médico de familia y la enfermera por la licenciada en enfermería. Estos dos profesionales han de ser el soporte fundamental de la atención en el primer nivel.

De ninguna manera se ha de concluir que su sede institucional es el único escenario de trabajo del personal de salud del primer nivel. Dependiendo de la labor a realizar y los beneficiarios de la misma, el personal de salud deberá prestar servicios a sus beneficiarios, además de en el establecimiento de salud, en el hogar del beneficiario, en la comunidad, en las escuelas y otros centros afines, así como en los centros de trabajo.

La población adscrita a las UNAP que corresponde a este Servicio Regional de Salud Enriquillo es de 370,869 habitantes según la Sectorización y Zonificación de junio del 2018. El volumen y distribución de sus recursos, desde los Hospitales (1 Regional, 4 Provinciales, 10 Municipales) hasta los 109 Centros de Primer Nivel (CPN), 4 Centros Diagnósticos (estos 109 CPN tienen 140 Unidades de Atención Primaria (UNAP)) la convierten en el espacio ideal para una gestión eficiente, en el sentido de equilibrio entre recursos y resultados asistenciales.

El nivel más operativo del sistema, bajo la óptica de la atención a la salud de las personas, lo constituye 4 Gerencias de A0reas de Salud, 12 Zonas de Salud, estas constituyen el Área de Salud Barahona, ha de permitir: 1. La integración de la gestión de los recursos necesarios para apoyar la labor clínica y asistencial, minimizando estructuras administrativas, simplificando procesos y eliminando gastos innecesarios, y 2. La atención a los usuarios externos del sistema (identificación y adscripción, apoyo a la carnetización, flujos de referencia y contrarreferencia por la red, información, satisfacción, accesibilidad, equidad).